domingo, 22 de julio de 2018

CARGA DE SUEÑOS…


Ayer, llené mi mochila que vacía se encontraba,
la llené de aquellos sueños que nunca se me cumplieron,
le eché un vistazo al pasado
donde hallé solo añoranzas,
un anaquel de recuerdo,
libros de amores perdidos,
enredados en mil versos.

Allí empolvado encontré,
el sueño de ser gran médico,
o, tal vez un ingeniero,
o, arquitecto de gran vuelo,
por allí al buscar hallé
refundido un sentimiento,
eran los sueños frustrados,
que de niño me infundieron.

Volví a cargar sobre mi hombro
el azadón con que abría,
tantos surcos de esperanzas,
para sembrar aquel árbol
de frutos llenos de ensueños,
de nidos con remembranzas,
de destinos y misterios,
que al nacer, me hicieron diestro.

Y he cargando esa mochila
repleta de muchos versos,
liada de mucha esperanza,
sostenida de recuerdos,
alimentada con risas,
que me ha dejado en el tiempo,
satisfacción y consuelo,
manos limpias, hijos, nietos,
muchos amigos que envueltos
los llevo bien conservados
como joyas, como premios.

Allá a lo lejos contemplo,
un horizonte de estrellas,
un filón de firmamentos,
un caminito empedrado,
que sube derecho hacia el cielo,
me sonrío y entre dientes,
satisfecho allí me siento,
debajo de un árbol grande,
reviso mi cargamento:
mi carga enorme…¡de sueños!
y me digo nuevamente:
lo aprendí de mis maestros.

JOSE RUEDA ARDILA. 

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