martes, 15 de mayo de 2018

SEMILLAS QUE SON PALABRAS.


Con sus musas, el poeta
planta un bello jardín,
injertando pensamientos
con versos del alma,
que emocionan como
un gran misterioso canto,
donde el silencio
se adueña de las sombras
llenando de colores
la tranquila noche.

Con la lluvia que arrulla el día
y duerme la noche,
mientras el viento esconde
los apasionados besos,
como un divino vuelo
que invita a la locura
mientras se forma
la seda de la cordura,
que se mueve
al compás de los sueños.

Con el mar que con sus olas
acaricia la mirada
mientras sus espumas
las deshace el sol
y la creciente marea
en su corrientes
trae palabras que elevan
y bajan la pasión,
tan sensuales
que sus versos son el mar.

En el silencio de la noche
mientras sueña
recorre el camino
sembrando semillas de amor,
los latidos del corazón
emiten en el silencio
una rítmica tonada
que transmite en la piel
compases que trastocan
los sonidos del silencio.

Con besos que crecen
como la alborada
y se funden con la noche,
despertando los sentidos
de semillas que son palabras,
que acechan en silencio
queriendo que las inquietas
manos las siembren,
para que brille una esplendorosa
sonrisa en la memoria.

Con la transparente agua
del mar vibrante,
que en su vientre
ondula traspasando el cielo
con la idea de lo maravilloso
que es abonar la tierra,
con palabras que describen
la risa del amanecer
porque el ocaso
a llegado a su fin.

Siente como la inspiración
es como el movimiento del agua
que es la imagen
de la razón de los deseos,
que inflama la voz marina
como grandes olas
que vienen cargadas
de inmenso placer,
alimentando los deseos
de sensual pasión.

Alberto Camargo ( Colombia ).

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