domingo, 13 de mayo de 2018

LA ESPÍA


Se dedicaba al contraespionaje
dándole igual, el país, el paisaje,
era la mejor en su trabajo,
enviando al resto al carajo.

En vestir, no duraba un minuto,
le agradaba el negro,
aparentando estar de luto.

Andaba entre las estaciones,
buscando entre vagones,
para sacar información,
en los puntos que ella tenía,
gente sin vida, sin vocación,
pero que a ella le alegraban
el día.

Recibió órdenes de la central de inteligencia
por su buena aptitud y experiencia,
un caso, que para ella
le venía como anillo al dedo
pues sería la estrella
en un país sin credo.

Nadie sabe su rostro
pero ante ella me postro,
ejecuta las órdenes recibidas,
aunque tenga que hacer de suicida.

Tiene mil facetas
como un libro de recetas,
en todo sobresale,
pues es una mujer que vale.

Ahora tiene una misión
a bordo de un crucero,
no es santo de su devoción,
y más si hay aguaceros.

Ella prefiere el ferrocarril,
que aun siendo vil,
se siente segura,
en cualquier postura.

JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-

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