EL RELOJ QUE SUCUMBE.
Los viejos arremeten
con sus alas de viaje.
Mientras los jóvenes
buscan el beso.
A lo lejos un suspiro
súbito- que enrojece:
-Ya no somos de nadie
-Nadie es de nosotros
-Ni la joven pareja
-Ni los viejos somnolientos
...se pertenecen.
Aquí solo está la
presencia
del fuego gastado en
retirada.
Y un poeta que
escribe
y suspira en versos.
EN LA CASA
en la noche
en todos los
momentos del día.
En toda la vida.
-Susana lava sus
vajilla de oro
de reflejos de destello
en la casa estable.
-Dice ella que así
lustra los
recuerdos
y los olvida al
llevárselos el
agua.
Te busco en las
próximas horas.
Te busco en las
horas pasadas.
Brisbane.
-Julia sacó la basura
limpio el patio
desagüo todo
hacia la calle
y corrió
lo más sucio y triste
de su mente.
-Me deja limpia
de agonía-
dice ella que así
limpia los desamores.
Me levanto :
Yo no sé de estas
cosas...
Yo amor mío
a pesar de todo yo
-Yo si te guardo.
(Ya que nuestra historia fue muy distinta)
DE LO AMANTE
Te amo, te amo
amor, mío.
-Ya uno de estos
días te olvidaré
por siempre
de modo como las
canciones
entonan sus tristezas.
Te amo, te amo
afilada aguja que
traspasa mi pecho.
Pero antes, te amo
te amo.
-Tal vez algún día
nos despediremos:
Amor, labios, ojos,
poesía.
Mientras tanto te
amo, te amo.
Tierra vida-vida tierra:
Tú amor mío.
Centella en el camino,
amiga, amor,
hasta la muerte.
Yo soy un simple
Poeta,
de esta vieja
casa de la calle
Tacuba.
Cada amanecer.
Cada lluvia.
Me llevan a tu lado,
lejana, cercana...
Mientras tanto te amo, te amo
-Algún día entonaré las canciones
de despedida.
Mientras tanto te amo,
te amo.
Mientras llevo
este lápiz afilado
de grafito de sangre
incrustado, fijo
en mi pecho.
Mientras tanto te amo
te amo.
Ya después entonaré
las canciones de despedida.
Saul Ponzio Ibieta -México-
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