DE AMOR SE MUERE

Dicen que de amor no se muere nadie,
mírame, sentada junto a mi lápida,
mataron mi corazón y mi alma se esfumó,
decidí vivir en las tinieblas,
ya que me prometieron el cielo pero solo conocí el infierno,
escuchaba historias de amor, de esas que nunca mueren,
pero eran solo historias.

En cambio yo fui sepultada por amar a ciegas,
no había pétalos de rosas, no existían poemas,
solo heridas sin derecho a cicatrizar,
ríos de sangre se deslizaban opacando las esperanzas y que más daba caminar entre los muertos.

Bebí esa copa que dejaste en aquel lugar donde me abandonaste,
una copa llena de mentiras, traiciones y falsedad,
no hacía falta que me mataras con un arma,
con eso bastó, fue suficiente para entender que nunca me amaste.

Así que decidí partir a ese mismo lugar donde me llevaste,
por cierto encontré más sinceridad en el infierno que en tus brazos.

No quiero tus flores, ni disculpas, ni mucho menos tu amor inservible,
cuando visites de nuevo ese lugar,
fíjate en la lápida,
porque de amor sí se muere.

Jeannette La Poeta Gótica -Estados Unidos-