Como un tigre
que asecha con sigilo,
en silencio, despacio;
y avanza hacia su presa
sin piedad, es el amor.
Tú.
Cual víctima distraída
que toma agua sin temor
y que inocente se refresca
en el corriente río tranquilo
de las sensaciones
y con ello se libera
del insoportable interno calor,
sin saber que sucumbirá
inesperadamente,
por las garras de ese animal,
que de súbito llega y merodea
en tu sagrado espacio.
Así eres tú, mi niña
Inocente, cuando en ti
posa sus ojos
el amor.
Josué Fernando Morales Gómez -México-
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