sábado, 14 de abril de 2018

CERTEZA DEL ANHELO


Señora:
Su belleza es peligrosa,
de esas que hacen que un hombre se suicide
o pierda la razón.

En su aliento se desangran dos golondrinas
que anudan su vuelo a su voz,
y un arpa con la forma de su nombre
se desnuda en espera de un beso
en cada atardecer.

En sus senos relampaguean y truenan orquídeas en forma de anhelos
habitando su vientre
con el galope de un unicornio
(que tal vez lleve mi nombre
engastado en la mirada)
el cual se encamina, prevalido de afanes,
hacia la luz de rizos breves
que se demora en su pubis.

Una pregunta se moja
en el altar de carne y fiesta
que se erige entre sus piernas.

El fuego que atardece su sonrisa vertical
lleva su olor a través del viento
hasta los labios de un poeta
que saborea su amor por usted.

Y las manos que le escriben estos antojos
que no son más que muertes convertidas en deseos
tal vez no tendrán nunca
la esperada resurrección
de uno solo de sus besos.

Ojalá que así NO sea.

VÍCTOR DÍAZ GORIS 

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