sábado, 17 de febrero de 2018

SE ME ESCAPÓ LA JUVENTUD DE ENTRE LAS MANOS


A veces me pregunto, ¿qué pasó con mi camino de rosas?
pues aunque por experiencia sé que las rosas también
tienen muchas espinas, pero siguiendo el tallo
con decisión llegas a la suave rosa.

Hoy cuando ya el ayer no existe, el mañana es incierto
y el presente sólo puede ser tiempo de reflexión
y de auroras fragantes y encendidas;
más que una edad efímera de alborozos y juegos,
se me escapó toda una vida, sin saber por donde.

Se me murió toda una vida mía...
esa vida que está predestinada para jugar y estudiar,
en tiempos de estudiar, estudiar y en los días de descanso
en el verano, bajo el sol de medio día
visitar el nido del pájaro y correr tras la lagartija...

En éstas ya raras evocaciones de lo que ya no pertenece,
las alegrías y los recuerdos de los juegos pasados,
el presente, que aunque parece tener más luces
que sombras, se diluye poco a poco en el vacío...
el son de la vieja campana que ya no oigo.

Campanas que en mi adolescencia vibraron cristalinas
lejanas pero alegres y frescas cuando repicaban a fiesta...
flores y nidos en las alegres primaveras,
vida que nos inunda con ardientes efluvios
y los gratos recuerdos de aquella pastorcilla de largas coletas...

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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