Y pensando en ti,
me gustaba contemplar
las tardes de lluvia
del otro lado de mi ventana,
el cristal terminaba empañado
y ahí, yo te dibujaba.
Era tan fuerte mi pensamiento
por ti, que aahh, no puedo creer
que ahora estás en mi ventana
junto a mí.
Afuera llueve agua,
aquí adentro llueve pasión,
me estremezco
con el sólo roce de tus dedos
y cada caricia nos hace revivir,
El cristal igual se empaña,
y la lluvia hace una fiesta,
las gotas saltan de contentas
al presenciar...
Tan maravillosa experiencia.
Guille Galdi -México-
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