Púnica granatum es tu nombre científico,
pero comúnmente te llaman “granado”,
en Santa Marta aun eres recordado
y en tu memoria y honor este poema dedico.
El español que a La Alhambra evocó:
sembrada de granados en patios y jardines
-al igual que el higo, el rosal y otros afines-
en la América colonial con gusto sembró.
Fruto esférico, coriáceo y rojizo
de un grande y verde cáliz coronado,
con mil semillas brillantinas cual rubíes
(digno regalo del sultán a sus más bellas huríes)
que a todo quien lo ha probado, ha gustado.
Árbol insignia del paraíso musulmán
originario de Irán y cultivado en Bagdad;
hoy te siembran en la franja tropical
y para el mágico mundo medioriental,
eres símbolo de amor, dicha y fecundidad.
En tanto aprecio y estima estuviste
entre el noble pueblo colombiano
que aun en su escudo apareces;
y como un preciado cofre te abriste
dando mil riquezas a cuatro manos
¡para un pueblo que en paz reverdece!
ABEL RIVERA GARCÍA
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