lunes, 10 de julio de 2017

POEMA DEL MAR SALADO


Yo, barco lanzado hacia las blancas arenas
por vientos que agitan mis velas airadas
azotando en mi casco lágrimas ahogadas
no pude enterrar en el muelle mis penas.
Navegué el mar, saturado de estrellas viscosas
bañándome el espumoso furor de la marea
combato el pecado que hoy con furia me golpea
resplandor inmenso de los ayeres me acosan.
Horizonte negro, cubierto de tinieblas secretas,
cielo rojizo, en llamaradas, como muro incendiado
sol que no conozco, lívido, transfigurado
trazos de un paisaje celebrado por poetas.
Temblé al escuchar a lo lejos la desatada furia
del terrible Leviatán, entre el mar espeso
como los días en que aún añoro tu regreso
sentada en el muelle bajo la brumosa lluvia.
El alba hiere mis ojos... ya he llorado demasiado
ya agonicé con la luna y probé el sol amargo
despierto sin tu amor de mi destierro y letargo,
mi sueño se rompe y tú mar, quedas librado.
(Me baña desde entonces un poema salado,
no sé si es el mar...o mi llanto desolado).

Isabel Domínguez Castro -México-

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