martes, 11 de julio de 2017
BAJO LOS PINOS
¡Ay!, hijo
cuánto amor ronda
nuestro pensamiento,
luz y destello,
imagen de caricia,
enredadera
con perfume de niñez.
Cuánta mirada
grabó cada minucia
de la historia,
¿para ser contada?
¿para ser guardada?
Y las serenas tardes
sin ocaso
de cuentos bordando
la memoria,
Y la voz queda,
bajo los pinos…
Aquello fue y florece
en praderas doradas,
cuando la madurez
de todas las palabras
estallan ya,
y perfuman.
Del libro Los indicios de HAIDÉ DAIBAN -Argentina-
Publicado en Ágora 18
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario