martes, 18 de abril de 2017

VELEIDAD OBEDIENTE


Me separa un frío muro
de las humanas presencias,
asustado y aburrido,
muy dentro de mí me encierran,
sus intereses tan obvios,
su aterradora estridencia,
ese exhibir escondiendo,
esa fingida inocencia,
me parecen enemigos
empuñando armas de guerra,
amenazan con cariño,
dan afecto con violencia,
no permiten el misterio
ni tampoco lo revelan,
dan amor mientras los miro
y no vuelvo la cabeza,
no dan lo que fingen dar,
solo la hueca apariencia,
no es un hombre lo que esperan
sino unas buenas maneras,
parecen darme su tiempo
pero no quieren problemas,
a quien no habla, no lo atienden
aunque triste el alma tenga,
hay que huir cuando están buenos
pues se agota su paciencia,
es difícil ignorarlo,
no les merezco la pena.

LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE

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