martes, 18 de abril de 2017

NI CORTO NI PEREZOSO


Dedicado a aquél hombre, que birló una croqueta en pleno pintxo pote.

Ni corto ni perezoso,
ágil de vista y manos.
Hurtó croqueta gozoso,
ante ojos sin percatarlo.

La degustó vicioso,
con papel limpio labios.
Se vio tan pecaminoso,
que observó si fue cazado.

En pincho pote brioso,
se creyó bien tapado.
Pero pupilas de un mozo,
en silencio lo miraron.

Ni vergüenza en el rostro,
no se puso colorado.
Canas le hacían honroso,
arrugas le daban santo.

Pero robó sin decoro,
entre tute de empleados.
Que servían luminosos,
estando tan agotados.

Mutis de lo vergonzoso,
en alguien colocado.
Que quedó silencioso,
en la nada de un palacio.

¿A dónde irá su bochorno?
Si es capaz de hurtar a manos.
Entre tumulto de rostros,
y muchas copas y platos.

Dignidad de un envoltorio,
en suelo disipado.
Por un hombre engañoso,
que croqueta, ha birlado.

Ágil se creyó el honroso,
en vista y dedos volando.
Que ni corto y perezoso,
en los versos, fue atrapado.

Ricardo Campos Urbaneja. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario