viernes, 14 de abril de 2017

LA GUERRA ETERNA


La batalla ha acabado. Varias naves enemigas flotan a la deriva, fuera de combate. Nosotros solo hemos perdido dos cazas y una docena de valientes soldados, víctimas en una guerra que no iniciamos, ya que hace eones que dejamos la violencia y nos dedicamos por entero al desarrollo cultural y el progreso social. Esta guerra nos supone un acto desagradable, que detestamos pero no rehuimos; porque permitir que los invasores avancen sin luchar es condenar a nuestra civilización, y a la galaxia en general, a la destrucción y el caos.

El conflicto empezó cuando los alienígenas atravesaron las fronteras acordadas tiempo atrás, y arrasaron los planetas del cinturón de Akaron. No hicieron prisioneros, ni los hacen nunca. Tanto desprecio tienen a la vida en general que han asolado su propio planeta. Es una especie que se extiende como un virus, y que allí donde llega convierte todo en un inmenso erial. Aun así, no somos como ellos, ni queremos contagiarnos por sus odios irracionales.

Tengo ante mí varios prisioneros del último combate. Uno de ellos, al verme, se ha apoyado sobre sus dos extremidades inferiores y, en una actitud que parece de súplica o miedo, parece pedirme clemencia. ¡Ignora que la tiene concedida porque jamás hacemos daño si podemos evitarlo! Me giro porque, a pesar de todo, su aspecto me desagrada. Nunca terminaré de acostumbrarme a esos cuerpos casi rectangulares que solo tienen cuatro apéndices y otro circular en su parte superior, en la que están insertos sus órganos sensoriales. ¿Cómo han podido llegar a creerse los máximos exponentes del desarrollo físico e intelectual con tales deficiencias? Doy orden de que los embarquen en una chalupa interespacial y los envíen con los suyos. No hay mayor castigo para estos depredadores sin sentimientos que devolverlos a su arruinado planeta de origen: a ese que llaman, entre susurros cargados de remordimiento y orgullo mal entendido, “Tierra”.

Francisco José Segovia Ramos -Granada-
Publicado en periodicoirreverentes

No hay comentarios:

Publicar un comentario