martes, 18 de abril de 2017

ABRÍ LA PUERTA


Abrí la puerta, y el viento confiado entró moviendo sin permiso los vestigios regados, pétalos secos de besos pasados, hojas del otoño ingenuo con historias escritas, aromas guardadas del atardecer que fue la sentencia de todas las noches, silencios gritando su impotencia ante sus reclamos.

Abrí la puerta, y los intranquilos recuerdos aprovecharon y escaparon, la rebeldía del primer beso revivió el misterio de los deseos despertando, del amanecer inocente al anochecer ardiente, el abrazo apasionado tomo consigo la nobleza de las caricias y desempolvó las ganas de la piel de una rosa exquisita.

Abrí la puerta, y el ayer huyó del cautiverio presente, desnudó al mañana que presumía olvido, vistió al hoy con nostalgia amarilla, regalando la rosa que se quedó en el jardín de la espera que no llegó.

Abrí la puerta, y el sol se llevó su calor, quedó la compañía de la soledad dictándole versos al recuerdo, letras nacidas del romance de lo que fue, con lo que no fuimos.

Abrí la puerta, y el viento inundó con sus memorias, el amor cauteloso miraba sonriendo y fingiendo no llorar, suspiró con la ternura de como amó, y todos los recuerdos se rindieron a su verdad, y con calma de lo que fue, cerró la puerta de las remembranzas.

Luis Emilio Tiguila Robles -Guatemala-

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