Permanencias inocuas, estériles
han venido escalando la montaña
con audacia de ciclón.
Se quiebra la noche
y se rompe la magia.
Vientos ciclotímicos envolventes
nos atrapan con algún hueco
relleno de euforia sin reconocer
que vegetamos en estado casi bipolar...
Altibajos cotidianos
en nuestro día a día.
Hipomaníacos en estado catatónico
sin voluntad y movilidad lenta.
Los pasos se hacen cuesta arriba
dejar huellas un imposible,
la orientación y regencia en el olvido.
Mentes como aves inestables
siempre en vuelo,
ellas libres,
nosotros cautivos.
Lola Wizner
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