lunes, 16 de enero de 2017

PARAÍSO ARTIFICIAL


Encontré en un desguace
un paraíso artificial,
estaba oxidado,
el légamo le salía por las costuras
y un niño le daba patadas.
Lo miré de reojo,
me dije no somos nadie
y continué bailando con lobos,
entre la chatarra.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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