lunes, 16 de enero de 2017

FONDOS BUITRE


Lo encontró una mañana dentro de la terraza. Desde el interior vislumbró una sombra que le produjo un escalofrío de desasosiego. ¿Cómo era posible que después de tantos esfuerzos...? Había tirado un par de tiestos y manchado las sábanas tendidas al sol. Pensó que con la puerta cerrada acabaría por marcharse, pero al día siguiente cuando fue a preparar el desayuno,  se había colado –no sabía por dónde– y andaba picoteando las sobras del pan de la cena y los cereales de su hijo desparramados por el suelo.
Alarmada, avisó a su marido. Juntos decidieron hacer el uso indispensable de la cocina: calentar una comida rápida o la leche en el microondas mientras estuviera distraído y comer en la mesa del salón. Esa tarde, cuando volvieron a su casa, lo encontraron subido en el respaldo del sofá, mirándoles expectante. Acordaron pertrecharse en la habitación con sus hijos, creían que no se atrevería a echarles también de allí; hasta que lo descubrieron encaramado en la cuna del pequeño.
Guardaron en una bolsa lo indispensable y con un niño de la mano y el otro en el carrito, se vieron en la calle. Se sentaron en el parque para pensar en quién les podría acoger esa noche, para meditar sobre su incierto futuro. Una oscuridad ocultó de repente el sol; al mirar hacia arriba vieron unas manchas negras que revoloteaban en el cielo.

Finalista III Concurso de Microrrelatos Pro Derechos Humanos
Paloma Casado Marco -Santander-

No hay comentarios:

Publicar un comentario