La tristeza.
Es un ramo de palomas negras.
creciendo en lo mas hondo de un corazón,
Que oculta en sus latidos.
Miles de campanas que suenan a la vez
anunciando la hora
En la que se escribirá
con lágrimas de sangre sobre la piel
Un último verso.
y que será epitafio de un amor
que murió aquella noche
de luna atravesada por una lluvia de lirios de cristal.
Y que se desangra en miles de luceros apagados
sobre un cerro de pupilas,
Que quisieran ver el rostro sin maquillar
de un cupido Rubenesco.
Y solo ven la calavera desnuda de su propia melancolía
Sonreírles con una pluma de ángel entre los dientes.
Debora Pol.
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