sábado, 17 de agosto de 2013

YUNQUE

Yunque

A golpe de martillo y por el fuego
cobra vida el portento de la espada,
hoja de doble corte, plateada,
puño de filigrana, palaciego.

Presta a herir, o a matar, lúgubre juego
del sicario sin alma, en emboscada,
de ágil acción, veloz en retirada,
y sin perder un punto de sosiego.

Yo fui yunque, y los golpes de la vida
moldeáronme el alma; cada herida,
si más sensible, me dejó más fuerte.

El dolor vigoriza si no mata.
Quien hiere, tiene el alma de hojalata,
que es a un paso tan sólo de la muerte.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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