lunes, 19 de agosto de 2013

TABERNA ÁNIMA

Con David Postigo, al piano, y demás amigos…

Estábamos allí todos en aquel antro.

Bebíamos aquel vino caliente
como sangre de Cristo,
en feliz comunión con nuestras almas.

David resucitaba el malogrado piano,
le daba con sus manos vida propia,
sorteaba unas notas, una escala
que en nuestras existencias desafina.

Ah, sí, el viaje interior, el tiempo… Su música
se adentraba en el bosque que cada uno hemos sido,
en el río que cruza su misterio,
en el aire alentado de aquel antro
que inundó nuestras almas. ¿Es que acaso
no hemos soñado aquello, amigos míos?

Quizá sea tan solo
el instante de un sueño que olvidamos,
la imagen que quisimos retener
y que apenas pudimos atisbar
su desvanecimiento. Sin embargo,
a todos os recuerdo ahora en su rincón
–Fran, Antonio, Rocío, Lola, Carmen, Iván–
leyendo aquel poema que nos duele y nos salva.

Daniel García Florindo
Publicado en el blog aulapoematica

No hay comentarios:

Publicar un comentario