lunes, 5 de agosto de 2013

RESENTIMIENTO

Tal cosecha de rabias y rencores
en mieses de silencio recogida;
qué desprecios, mujer, hacia la vida,
que rebasó tu vaso de favores.

¿Ha habido hombres tal vez merecedores
de ese fuego sin luz, que halla salida
en la hora oscura en que te ves perdida?
¿Y habrá ocasión quizá en que lo deplores?

La desesperación, el aislamiento
que te asfixia y deprime, es fraudulento,
tortura sin verdugo, tu quimera.

Se te ahogan las palabras, y no brotan;
y tus mudos monólogos derrotan
la realidad, que no es a tu manera.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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