domingo, 18 de agosto de 2013

LXVI

Alto muy alto
en el cielo
volaron gaviotas,
cigüeñas y garzas
en aquel otoño
que se perdió
para siempre.
Alto muy alto
se esfumó
esa mañana
la única golondrina
que extraviara
su rumbo.

Lejos muy lejos
quedara ese niño
que todo miraba
sentado, la espalda
apoyada a ese árbol
que se llevó la tormenta.

Del libro Esas ramas altas de Jorge Isaías
Publicado en la revista deliteraturayalgomas

 

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