jueves, 15 de agosto de 2013

LOS FASCISTAS

(Artículo de 1921)

     Los fascistas siguen cometiendo sus barrabasadas de costumbre allá en Italia. Ya no se conforman con perseguir a sangre y fuego a los socialistas y comunistas. Han enriquecido su colección de armas con unas tijeras y acaban de cortarle la barba a un señor diputado extremista. Este episodio de la barba es alentador. Desbarbar al vencido representa un progreso evidente sobre la práctica de decapitarle que usaron nuestros antepasados. Y si la parte más bárbara de la humanidad de hoy (no hay que regatearles este justo honor a los fascistas) ofrece muestra de un tan señalado progreso, evolucionando desde la decapitación a la desbarbación, no hay derecho a ser pesimistas sobre el mejoramiento gradual del hombre.
     Pero hay más; el episodio revela también que ¡aun entre los fascistas! cabe descubrir rudimentos de humorismo. Y todo es empezar. Este humorismo, bien cultivado, puede ir lejos. Y es sólo eso, un poco de humorismo, lo que se necesita para descubrirle la feísima joroba a este estado social en que vivimos, sin darnos cuenta de ello, con la cabeza en tierra y los pies en el aire. Ahí tenéis, si no, este hecho indiscutible: ¿en que campo militan los dos más grandes, los dos más formidables humoristas del mundo: Bernard Shaw y Anatole France? ¿En el campo de la burguesía que les aplaude y les mima y les paga a precio de oro sus artículos y sus libros? No, en el otro campo donde toda dolorosa renunciación tiene su premio, en el campo de los enemigos de la barrigocracia actual, en el campo de los comunistas.

Publicado en el blog nemesiorcanales

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