camino a solas por calles
y plazas, como sonámbulo,
hasta que acaba la tarde.
Mírame, gitana, mírame.
Toca las palmas y canta
por bulerías o por fandangos pero no
bailes que se me parte el alma.
Las olas vienen y van
llevándose pensamientos,
recuerdos y esos ojos
tuyos que embrujan mi cuerpo.
No bailes, gitana, que no
sé que haré cuando tu cuerpo,
al moverse, bese el aire
y se pierda en el tiempo.
No bailes, niña, esta noche
mira mis ojos sentada
y entérate que estoy loco
desde que te vi en la playa.
Del libro inédito Enredado en cantes de JOSÉ LUIS RUBIO
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