Siente la vida marchita,
Con trinar desesperado,
De aquel pobre enamorado
Que la bella dama evita.
Ama con fervor la ingrata,
Culpable de sus cantares.
Ella inventa malabares,
Sutil, el ser le arrebata.
Todo le hurta con calma fría.
Él, solo su amor implora,
Insistiendo en su agonía.
La bella avasalladora,
Lo aturde con su sintonía.
Hambrienta, su alma devora.
ROLANDO BLANCO PASCUAL
Artículo en la revista digital Teoría Ómicron
Hace 16 horas
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