No escribía al dictado del corazón,
sino del hígado cirroso.
No escribía para los hombres satisfechos,
sino para aquellos que sufren
la quemadura de la vida.
No escribía porque la poesía
fuera capaz de redimir al mundo,
sino porque estaba seguro
de que no existe salvación.
César Cantoni -Argentina- De "Diario de paso"
Publicado en la revista Poesía del Mondongo
Artículo en la revista digital Teoría Ómicron
Hace 2 horas
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