martes, 13 de noviembre de 2012

UNA HOJA DE HIERBA, Y EL UNIVERSO


Ínfima hoja perdida en la distancia
de lo verde infinito. No eres nada.
Solamente un remedo de la vida
varia e inmensa, palpitante, activa.

Allí, en lo más pequeño, está la vida.
Allí, en lo más humilde, en una brizna
comparable a cualquiera de nosotros,
fugaces máscaras entre millones.
Orgullosos muñecos de una raza
que se pierde en el tiempo.
Engreídos y ufanos, nos llamamos
los seres superiores. Olvidamos
la efímera sustancia que nos forma,
las miserias y lágrimas que encierra
la humana condición. Somos tan sólo
un minuto de tiempo en lo infinito,
un pequeño sonido, un débil eco,
de una innombrable voz.
Somos tan poco, y tanto,
como la humilde hierba.
Un minuto de sangre pasajero,
como la hierba,
para nombrar a Dios.

* Mención Juegos Florales Juglarescos de Vicente López, 1984.
Liliana Susana Doyle -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 53

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