sábado, 17 de noviembre de 2012

POR QUÉ AMO ESTE PINO


Por qué amo este pino… y aquel otro
sino por la espera perfecta de sus ramas de ángel.

De abajo suben abiertos hacia el cielo
y luego caen
sus extremos, sus tramas vegetales, vencidas como flechas
hacia el suelo.
Paraíso desplegado en plumas o terciopelos verdes
que allá, se enciende,
en el fondo de su corazón
el susurro lento de su savia espesa.

En la tensión secreta de su rugosa piel
está su herida,
huella de una luz cerrada por el mundo,
solo, el pino,
como el hombre herido,
clava su mirada en el arpa infinita de la noche
y no puede escapar ni de la lluvia
ni del viento.

Y se queda callado.

Pero el pino, perfecto, anónimo,
solo como el hombre que sufre,
abre sus manos de remanso
y toca, besa, ama, vive.

Hay silencio.

Amalia Abaria -Argentina-
Publicado en Suplemento 53

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