domingo, 18 de noviembre de 2012

POEMA


Ese hombre inclinado con su palo
       en medio del basural,
donde las bolsas de nailon
y los olores gruesos,
       en marejada,
cubren el paisaje,
no busca la felicidad,
       en cualquiera de sus versiones,
o acaso sí
       creyó ver un atajo
allá, en los límites
       del horizonte,
entre bolsa y bolsa,
       o recuerdo y recuerdo;
una felicidad fugaz,
       con un palo,
o posible o creíble,
mientras el sol lo alumbra.

De Bocas baldías de Eduardo Dalter


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