Buscare en lugares, lejos del ruido,
Donde el recuerdo sea aun más fuerte,
que el tronar de los cañones,
o el temblor de aquella noche de invierno,
Bajare a la profundidad de mi yo
para reclinar la cabeza de mi existir
en tu vida, bella y bonita.
No hay en mi concentración ni recuerdo.
Hay una unidad que brota y quema,
Mi cuerpo no pesa, no lo noto,
Qué importa mi apoyo, si no me siento?...
Mi espíritu ya se eleva hacia la luz de la idea,
ya baja a la fosa abierta,
y una expansiva calma estalla en mí mundo
arrancándome de cuajo,
llevándome de la realidad,
a la par se me incrustan en mis ojos el mar,
la mar querida brava y serena,
Como nuestras vidas...
Contemplo ,extasiado, la noche serena,
la luna que crece...
como mi deseo hasta hacerse lleno,
que por testigo...el lucero del alba,
y por lugar... el suelo, verdes campos,
y por almohada un almendro,
Y grito!!...
Y no puedo porque la arena de mi desierto...
no, no puedo...
Reclino mi cabeza, recojo mi pensamiento.
He de volver a ti, te quiero.
Canciones que pasáis, quedaras conmigo,
Palomas mensajeras, os reclamo al momento,
Recuerdos imborrables, serenos,
os abrazo con fuerzas, en la miseria de un desierto.
Poder llorar triste, hoy puedo,
Pero gritar... gritar mujer debo,
Pregonar como vocero,
que de tu cuerpo se…
Los mil y un secretos.
J. Antonio Nogueras
Publicado por María Sánchez en el blog La casa del valle
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