jueves, 15 de noviembre de 2012

LA NOCHE


Visitamos la noche clara,
Inmersa en la  luz azulada, cerca de la frontera,
Entre la ausencia y la presencia,
Para recibir el perfume de la planta,
Que no cierra su capullo para seguir siendo bella

Llegamos extraños en la noche,
Confundidos, tal vez de lugar,
Pero aquí descansamos cuerpos y almas,
Meditando lo meditable,
Indagando lo que nunca aquí hallaremos.
Desterramos el sueño  y nos dormimos de pie,
el cansancio es mucho…
Y aun asi, tenemos en nosotros fuerzas
Para seguir viajando de la mano,
amiga de la fantasia.
Nuestro estomago humano, casi divino,
Se atiborra de carreteras asfaltadas,
Caminos polvorientos,
o cuando nos cansamos  de sus tradicionales,
imitamos a las cabras del lugar
y subimos inexplicables cerros.

Asi somos en las noches de plenilunio,
bellamente locos, majaderos e inquietantes espíritus,
Libres de todo incluso de no serlo.

Dibujamos líneas en el aire,
Y se hacen mágicamente  reales,
en el poder del querer  y de hallar lo que se quiere.
Sé que la rareza produce estos vapores,
tematicos, y que mi cuerpo se vuelve humano
en esta noche, y soy feliz de que así sea,
Lástima que mi yo comprenda esto
y que esta noche duerma bajo techo,
 Cuando debiera ser muy diferente.
Es un principio de honradez con el ser que llevo...
No sé si dentro o fuera.

Creo que todo lo que pasa, desde hace tiempo,
es porque la luna quiere que así sea,
incluso ella archiva toda porción del tiempo
Y luego actúa, con qué fuerza…

Es curioso su funcionamiento,
Y confieso ser feliz escribiendo sobre lo que no se,
Pero intento ser algo más que un simple ignorante,
Quisiera ser… lunático de profesión, diplomado en luna.

Conocí un perro que ladraba
en las noches de luna llena.
También se de unos enamorados
que disfrutaban de sus caricias
bañándose en los lagos  y mares de la luna llena.

Es la noche  incomprensible,
Son estas noches así, o yo quiero que así sean?...

El misterio del descanso, del sueño,
de la felicidad, se aplica todo conociendo la geografía
psíquica de la luna.
No importa como tú la veas,
has de saber que  está ahí,
Y eso basta al creyente lunático.

También puedo querer entrar voluntariamente
En el mundo de los locos,
Pero no me importa, siempre que me den una habitación
Con ventana a la luna llena.

Conocí no hace mucho, un gato,
Que era confidente de la luna llena,
Este gato era un gato honesto,
Guardaba su palabra con gran celo,
Y era feliz en sus dominios,
Altos dominios,
 De tejados y azoteas,
Iluminando grandes tiempos,
Por la luna llena.

J. ANTONIO NOGUERAS
Publicado por María Sánchez en en el blog La casa del valle

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