lunes, 12 de noviembre de 2012

INEVITABLE...


Le di la hora y me tomó el día.
Esparció mi recreo por el Támesis;
amalgamando lava muy caliente
construyó el molde de su hechura; le
dio forma de rescate
y me invitó a la fiesta.

Hoy sueñas lo que no razonas,
del inconsciente imperativo,
alargas la memoria sin saberlo
y mientras duermes
dilucidas tus tiempos.

Sales de mí para volver a ti,
pensamiento que frena la armonía,
te reclamo lo que jamás tuvimos:
el amor de los otros.

En tu festín de abúlicos no podrás
conocerte, despierta, corazón,
que por ti yo me reconozco.

Siempre hablando manejas la palabra,
no tires de mis sueños emblemáticos
que romperás la cuerda.

Viniste porque te esperaba, sí,
pero el mayor desprecio tu respeto
me lo hizo.

Sólo tuya en el círculo del viento,
desde el principio de los siglos siempre;
tuya desde mi origen de gacela,
de garza enamorada,
de aurora cristalina. Siempre tuya.

Seguridad, estímulo, ternura...
expandiré el secreto.

El mirlo me trae tu mensaje, el
de los labios templados y la fruta secreta.
Si los pájaros blancos te preguntan por mí
desde el cielo sereno de tu paz
diles que todavía estoy muy lejos.
Entre mares de espuma.

Amaneció tu alma en mi regazo
cuando buscaba
el aroma tan sólo de una flor.
Posaste tu simiente en mi semilla
y apareció una rosa.
La misma que perfuma mis –tus– días.

Laura Olalla -España-
Publicado en Suplementos de Realidades y Ficciones 53

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