Al marcharte me dejaste
tus labios en cada fecha
de ese viejo calendario
y los beso hasta borrarte
de la lista de mis penas.
Pero no puedo arrancarte
del centro de este calvario
que es la vida sin amarte.
Y ocultarme en mi fortín
de murallas de cristal
empañado al respirar
el aroma del carmín
que dejaste al escapar.
Son besos, tan solo besos,
besos de licor, besos de rumor
a tren expreso.
Besos de dolor, besos de sabor
a mis excesos.
Besos sin mirar, besos de soñar
que aún te tengo.
Besos sin pensar, besos de jamás,
de hasta luego.
Besos de papel, besos a la pared
de mis deseos.
Son besos, tan solo besos,
mucho más que besos
a este viejo calendario,
el calendario de tus besos.
Gustavo González -Valladolid-
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