sábado, 10 de noviembre de 2012

DESCUARCIZADO


Ahí en el Metro ruedan a porfía
fatigadas las largas soledades
que tejen y destejen nimiedades
de antes y después y todavía.
Bien me conoces, mi alma desconfía
de los golpes de suerte, veleidades,
pero se inauguraron mis saudades
en un vagón naranja, en Etiopía.
No tengo más la piedra que puliste,
cristal de la esperanza me dijiste
para conjuros de desdén y olvido.
Un empujón, un golpe y he perdido
la bienaventuranza de aquel cuarzo
que en un collar me regalaste en marzo.

Jorge Mansilla Torres
Publicado en la revista Pluma y café 8

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