Descansa la luz dormida
a la sombra de una nube.
La luz dormida
descansa y descansa
de la luz que la fatiga.
Que cansa y cansa ser luz,
por lo que la luz descansa
y descansa de sí misma
a la sombra de una nube,
y duerme y duerme la luz.
Que también duerme la luz;
que duerme y sueña la luz
que ya no es luz,
y descansa de ser luz,
por un mirífico instante,
a la sombra de una nube,
pues ser luz, la luz lo sabe
y lo sufre a toda luz,
es terrible y cansa y cansa.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
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