domingo, 18 de noviembre de 2012

CIUDAD BAJO LA LLUVIA


(I)

La ciudad se desnuda en la tormenta.
Adversa a látigos de lluvia y trueno,
se recoge en sí misma, en el terreno
de hormigón y cristal en que se asienta.

Desiertas ya las calles, se acrecienta
el hormigueo en los cafés, en pleno
borboteo de gentes. Qué veneno
para matar mi tarde soñolienta.

Salgo a la lluvia y, con el rostro alzado,
camino en soledad, mas impregnado
del abrazo gentil del aguacero.

El bullicio a mi espalda se diluye.
La calle es mía. Nada prostituye
mi aislamiento de un mundo forastero.

(II)

Aparece en la lluvia tu silueta,
bajo el paraguas verde, saltarina
sobre los charcos. Llegas a la esquina
donde me he detenido, tan discreta.

Vas a pasar de largo. Una maceta
te impide el paso. Tiembla en tu retina
una media sonrisa, que ilumina
todo tu rostro. El aguacero aprieta.

Noto un leve temblor, casi de amigo.
Me ofreces guarecerme en el abrigo
de tu pequeña cúpula de tela.

Y acepto, mas con un requerimiento.
Cerrarás el paraguas. Y agua y viento
nos llevaron del brazo en la plazuela.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-


No hay comentarios:

Publicar un comentario