Cuando no existe sentimiento ni de posesión, ni de pertenencia; los conceptos de alejamiento y cercanía se reducen al absurdo. Se produce el milagro de la permanencia y ésa, es inevitable.
B. Flores.
Vete si quieres, no te retendré,
siquiera lo intentaré, eres libre.
Yo me quedo aquí,
en mi mundo, en mi parque, en mi playa.
No me voy porque en realidad,
nunca estuve.
Seguiré pronunciando a gritos tu nombre.
El que descansa sobre mi abdomen
el que se refleja sobre el cristal.
El que acaricio con las yemas de mis dedos.
El que quedó marcado sobre mi pecho.
Ahí, sin besos, sin abrazos...
Ahí sin negaciones inútiles.
Ahí todo permanecerá inevitablemente.
No le digas a nadie...
me decías.
Y no respondías por no reconocer,
si eras tú mismo quién tenía más miedo
a marcharse, a marcharse de verdad
y para no volver.
BLANCA FLORES
Publicado en el blog de blanca
No hay comentarios:
Publicar un comentario