Paseo por la playa
cogida de la mano de mi soledad.
Siento el huracanado viento de olvidos
y recuerdos que me acompañan.
El mar me grita: ¿Dónde vas?
Mis sentimientos son olas
que pesadamente las arrastra
la fuerza de la nostalgia
e Ilumina la luna llena.
¡Allí, tan alta, tan sola!
Quedo recostada sobre las rocas,
escucho el latir de las olas
y cansada beso la arena
intentando encontrar el aroma
que me dejaba la ternura de tu piel
y así, saborear lo que un día
me hizo renacer entre las agua de la vida.
Quisiera maldecir esta soledad
y lloro amargamente mi desconsuelo.
Desde el crepúsculo hasta la aurora,
te espero una y otra vez…
Tu nombre esta en mis versos,
emborronados en agua y sal.
No hay mayor castigo
que amar
a quien no volverá.
MARÍA SÁNCHEZ -San Fernando-
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