Escuché en aquella habitación algunas voces de las cosas;
Las iteraciones con las que el tiempo se cubría,
la luz amarillenta,
los muebles respondiéndole y la alfombra.
También unos chasquidos de maderas,
y pasos clandestinos que se perdían como sus ecos.
Los ruidos de la calle,
los vientos
las rejas,
estaban levitando los recuerdos
colándose suntuosos en el resplandor del medio día
Todo bullía como en un cuadro impresionista
tornándose en colores los sentidos,
los cuadros liberándose de la forma...
Quise ya no estar...
y vi cuando me iba,
respirado en ellos,
un transparente sin oídos viendo otros ruidos
a través de la ventana.
Alejandro Vergara Bogotá, Colombia
Publicado en la revista Isla Negra 322
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