LIBÉLULA Y BURBUJAS
La libélula vuela,
revolotea la libélula,
entre frágiles burbujas,
rehuyendo tocarlas,
intentando esquivarlas,
esperando que el aire las aleje,
las aleje el aire,
de sus patas, de sus alas,
de su cuerpo, de su cabeza,
porque no desea romperlas,
ni deshacer el soplo de sueño
que se encierra en ellas.
Ascienden las burbujas,
las burbujas ascienden,
a veces algunas bajan
envolviendo y desenvolviendo
a la libélula que sigue
y sigue esquivándolas,
rehuyéndolas, rodeándolas,
porque no quiere ser
rompedora de sueños
ni destructora de ilusiones.
El viento se enreda en las alas,
en las alas se enreda,
y también en las burbujas,
haciéndolas bailar lenta
muy lentamente, sin contacto,
a distancia, para que ni la libélula
ni las burbujas se diluyan
en un tiempo sin sueño.
JOSÉ LUIS RUBIO
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